En nuestro país es de sobra conocido y reafirmado que Hacienda somos todos. Podemos sin duda añadir que esta es una verdad a nivel económico pero también con un marcado componente moral; es decir, todos estamos dispuestos e inclinados a comentar el comportamiento fiscal de nuestros familiares, amigos o vecinos.
Si “se ha ido a Gibraltar”, si “le ha llegado un requerimiento”, si “ha decidido pagar parte de esa reforma sin el IVA” o si “no está bien que tribute por sociedades” son cuestiones que quedan lejos de la privacidad de un hogar.
Y esta tendencia a comentar (o más bien criticar) trasciende nuestro entorno más cercano y alcanza figuras públicas y empresas locales y, sobre todo, multinacionales.
Un ejemplo de este fenómeno tan habitual del que podemos sacar numerosos aprendizajes es el reciente debate surgido en torno a la residencia fiscal en Andorra de Youtubers españoles.
Se trata de una nueva generación de profesionales que viven y se caracterizan por una transparencia casi absoluta en torno a su vida y decisiones.
Marcan las tendencias de consumo pero también éticas de los jóvenes (y no tan jóvenes) exponiendo todas las facetas de su vida continuamente, haciendo de su figura objeto de debate en torno a asuntos como la forma de recaudar impuestos y el uso de los mismos.
Temas tabú que tradicionalmente han protagonizado conversaciones incómodas y dilapidantes cotilleos son tratados con tal naturalidad que generan el efecto contrario al generalmente esperado, aglutinando un importante séquito de seguidores que defienden en público la decisión de dejar de tributar en España.
En paralelo, la voz de otra generación criticaba vía Twitter a los creadores de contenido que se quejan de la presión fiscal en España, tachándoles, en el mejor de los casos, de egoístas.
Todo esto visibiliza una pluralidad de opiniones, en parte divididas por canales sociales y generaciones, en torno a temas que nunca se habían considerado propios de la arena pública.
Ahora, personas notorias y corporaciones deberán dejar de lado su individualidad para construir un relato comunitario y comprensible para la sociedad. Planteándose en qué lado de la arena desean colocarse podrán valorar las repercusiones que ello tendrá en su reputación considerando que, en este nuevo escenario comunitario, el silencio ha dejado de ser una opción.
Si te interesa conocer los nuevos factores de riesgo que amenazan la reputación de las multinacionales en lo relativo a su actividad fiscal, te invitamos a descargar: “Fiscalidad y reputación: las multinacionales en el foco”.
