¿Recuperar la reputación corporativa tras un ERE? Sí, es posible¿Recuperar la reputación corporativa tras un ERE? Sí, es posible

¿Recuperar la reputación corporativa tras un ERE? Sí, es posible¿Recuperar la reputación corporativa tras un ERE? Sí, es posible

Si ha habido una medida complicada que numerosas grandes empresas han tenido que adoptar durante la pandemia, esta ha sido sin duda el despido colectivo. La palabra ERE ha aparecido con frecuencia junto a nombres de importantes bancos así como de otras grandes empresas en la prensa económica durante el último año. El despido de miles de trabajadores supone claramente un perjuicio para la reputación de cualquier compañía y ahora, ¿serán capaces las empresas de recuperar la confianza de sus stakeholders tras una reestructuración de tales dimensiones? Desde LLYC proponemos 5 ejes para afrontar la restauración de la buena imagen corporativa en una etapa ‘post-ERE’.

1. Hagamos evidente el cierre de la crisis

BBVA, Sabadell, El Corte Inglés… La avalancha de despidos masivos presentados por unas 30 grandes compañías en España en los últimos meses han afectado a más de 20.000 trabajadores, cifras que han llegado a dar una imagen de normalidad a estas medidas laborales. En todos estos casos vemos cómo un elemento común ha sido la necesidad de explicar con claridad el cierre de la crisis hacia el exterior.

No dejemos que la información se quede en el logro del acuerdo (si es el caso) o en la cifra final rebajada de afectados comunicada por los trabajadores. Es la oportunidad de tomar la palabra y explicar en detalle en qué términos va a llevarse a cabo el ERE, qué medidas para reducir el impacto se han podido adoptar, qué coste supone para la empresa y, lo más importante, que demos cuenta de las primeras líneas del nuevo plan estratégico que comienza de forma paralela. La fotografía de situación tras el proceso negociador será la principal muestra de transparencia y de cierre de crisis para nuestros grupos de interés.

2. La mirada puesta en el futuro… sin olvidar el pasado.

En el caso del sector bancario estamos asistiendo a una de las mayores transformaciones de su historia motivada por la crisis financiera de 2008 y la actual del Covid y este punto es una constante en el discurso que ha acompañado a cada uno de los ERE presentados este año. La etapa posterior al cierre de un ERE es el momento clave para recuperar las razones que han llevado a la compañía a reestructurar su fuerza laboral y articular con ellas el mensaje del plan estratégico a futuro. No se trata de negar la evidencia u ocultar el impacto del despido: “la dureza de la medida es un hecho, pero es tiempo de mirar hacia adelante”. La comunicación de esta estrategia de continuidad, que deberá ser realista y contar con objetivos y plazos claros, será piedra angular para la recuperación de la imagen corporativa.

3. Lo interno se refleja hacia al exterior: hora de recuperar el clima laboral

Toca pensar en aquellos que se quedan. Un ERE, especialmente si es de alta afectación, va a afectar irremediablemente al clima laboral interno de la compañía. Es hora de cuidar al máximo la comunicación interna y experiencia de empleado, activar el relato interno y trabajar el engagement de la plantilla para, poco a poco, ir mejorando ese ambiente.

Es obvio que la percepción de la estabilidad de sus puestos de trabajo estará dañada, por lo que será clave potenciar algunos factores que influyen en la satisfacción del empleado. Según un informe de una firma de consultoría internacional, unas buenas relaciones con los compañeros, la conciliación con su vida personal o la formación tienen mucho que ver con el bienestar laboral.

Generar nuestros propios embajadores de marca internamente va a ser la mejor baza tras el impacto reputacional de un ERE, incluso de cara al exterior.

Fuente: Boston Consulting Group

4. Plan de reactivación de relaciones con grupos de interés

Accionistas, clientes, socios comerciales, aliados institucionales… Durante el ERE, mantener la comunicación con los stakeholders de la compañía con un discurso adaptado a las implicaciones para cada uno de ellos ha sido fundamental para mantener su confianza. Ahora, tras el cierre de crisis, las herramientas de escucha y diálogo con los principales grupos de interés tendrán un papel esencial para conocer sus prioridades y expectativas en su relación con la empresa de cara a esta nueva etapa y darles respuesta de la mejor manera posible.

5. ¿Valió la pena?

Datos y más datos. En los meses posteriores a la aplicación del ERE, o cualquier medida laboral de calado, los movimientos de la compañía estarán bajo muchas lupas. Los resultados, inversiones, recortes en otros gastos, dividendos… van a ser analizados bajo el prisma del despido colectivo aplicado, por lo que es mejor anticiparse. Será necesaria una comunicación externa apoyada en cifras que dé cuenta de la necesidad y utilidad de la medida, especialmente de cara al saneamiento de las cuentas.

En definitiva, las grandes reestructuraciones laborales por el Covid 19 dan paso ahora al reto de reforzar el propósito de las compañías. El final de un proceso de despido colectivo debe verse como el comienzo de una etapa de recuperación en la que la comunicación jugará un papel clave a todos los niveles, especialmente en un momento de incertidumbre y cambios como el actual.

¿Necesitarás gestionar la comunicación de un ERE? Si te interesa conocer las claves de una estrategia de comunicación que tome en cuenta todos los factores y grupos involucrados, desde la empatía, la transparencia y el comportamiento ético, te invitamos a descargar: “Cuando la comunicación del ERE es clave para la supervivencia del negocio”.

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Autores

Lara Martín Molina