LA D.O.P. COMO SALVAGUARDIA DE IDENTIDADES: EL CASO CABRALESLA D.O.P. COMO SALVAGUARDIA DE IDENTIDADES: EL CASO CABRALES

LA D.O.P. COMO SALVAGUARDIA DE IDENTIDADES: EL CASO CABRALESLA D.O.P. COMO SALVAGUARDIA DE IDENTIDADES: EL CASO CABRALES

Estás en un supermercado cualquiera y te diriges a la sección de lácteos. Buscas un queso con el que sorprender a tus amigos en un aperitivo.

La oferta es muy genérica y tu conocimiento limitado así que, ¿en base a qué eliges? Puede ser el aspecto, el sabor (si lo tienes claro) o el packaging con el que te lo presentan. También puede que busques calidad, pero no tienes claro cómo medirla.

¿Quizás quieres un poco de todo?

Los productos originarios de la artesanía, como los quesos, han contado siempre la historia de las manos que lo crean.

Cuando llegó la industrialización del sector agroalimentario, muchos pequeños productores dejaron de tener herramientas para que su narrativa siguiese siendo parte del producto que vendían, un valor indispensable para los artesanos: el relato sobre el origen de un queso, la forma única de hacerlo y el lugar concreto en que nació.

Si un queso perdía su historia también perdía la diferenciación en el mercado.

Así surgieron las protecciones geográficas; sellos oficiales que se otorgan a productos agroalimentarios (aunque ahora la UE está expandiendo la protección a otras artesanías) con una historia única. Son prueba de la veracidad de su relato para quienes lo compramos.

Estos sellos, además de garantía de las historias de un producto, impiden la imitación del mismo. Si compras un queso D.O.P (Denominación de Origen Protegida) debes saber que no encontrarás uno igual. Ese queso ha sido elaborado en el único lugar del mundo en que se elabora con las técnicas tradicionales originarias. No se puede imitar en ningún otro sitio.

Es, por ejemplo, el caso del queso Cabrales.

Con la protección D. O.P., el queso Cabrales se produce con una leche concreta catalogada como “apta” para la su elaboración y que solo se produce en unos 20 pueblos del oriente asturiano. Estos pueblos configuran la zona geográfica única en la que debe producirse la leche, la elaboración, la maduración y el envasado del queso para que pueda catalogarse como Cabrales, siguiendo además un proceso concreto para que el resultado sea el registrado.

Ningún otro queso o producto con capacidad de confundir a los consumidores puede venderse como “Cabrales” y para ello existe el Consejo Regulador de la D.O.P. «Cabrales» que vigila y protege esta Denominación de Origen tan concreta.

Como el Cabrales, existen cientos de quesos y productos alimentarios con la garantía D.O.P. en nuestro país. Se trata de un fenómeno que demuestra la extensa cultura y tradición nacional. Por esto, cualquier intento de vender productos nuevos con el nombre de aquellos con el sello D.O.P. no es únicamente un ataque comercial y un riesgo de confusión para los consumidores. Se trata igualmente de una cuestión de protección de las historias antiguas, del legado tradicional de tantos pueblos y familias artesanas.

Numerosos conflictos en torno a los intentos de aprovechar los arraigados y atractivos relatos de estos productos únicos acaban en los tribunales. Se trata de litigios en los que la historia está en juego y, por ello, es más importante que en otros casos la defensa del relato, de la historia y de los valores identitarios de un producto al que pueden quitarle todo lo que tiene: una identidad única.

Volviendo a tu debate interno sobre qué queso comprar, esperamos que la búsqueda de sellos de D.O.P. pueda ayudarte a garantizar una elección que, como mínimo, tendrá muchas historias que contarte.

Si te interesa saber más sobre los principales riesgos de reputación a los que se enfrentan las compañías en el campo de la propiedad intelectual, te invitamos a descargar: “la propiedad intelectual ante el desafío digital».

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Autores

Paula García