Zoom, vídeos… ¿todo vale al comunicar un ERE a los trabajadores?Zoom, vídeos… ¿todo vale al comunicar un ERE a los trabajadores?

Zoom, vídeos… ¿todo vale al comunicar un ERE a los trabajadores?Zoom, vídeos… ¿todo vale al comunicar un ERE a los trabajadores?

  • Temáticas
    Reputación
    Riesgos
  • Sector
    Servicios Profesionales
  • Países
    España

Es indiscutible que en los últimos dos años las nuevas tecnologías han cambiado la forma de comunicarnos en el entorno laboral. En un momento en que el teletrabajo sigue ganando terreno en las compañías, la comunicación interna ha visto en las videollamadas un gran aliado, pero ¿cualquier canal es adecuado cuando se trata de comunicar una medida laboral a los empleados?

Un minuto. Fue el tiempo que necesitó el CEO de una compañía fintech para despedir a 900 trabajadores. Más allá de debatir si el tiempo empleado fue suficiente, nos centraremos en la manera de hacerlo: a través de una reunión por Zoom. Es cierto que a raíz de la pandemia las nuevas tecnologías han abierto un mundo de posibilidades en las comunicaciones laborales, pero quizá no sean la mejor opción cuando se trata de informar a alguien de que va a perder su empleo. Este episodio no ha sucedido en España, donde la legislación laboral establece una serie de procedimientos a la hora de poner en marcha medidas como un despido colectivo, pero es un caso sobre el que merece la pena reflexionar.

La decisión de llevar a cabo un ERE no suele ser tomada a la ligera por ninguna empresa, ya que se trata de un proceso complejo y costoso a muchos niveles, y previamente se habrán llevado a cabo exhaustivos análisis financieros antes de dar el paso. Sin embargo, la frialdad de los números no debe predominar a la hora de comunicar a los empleados una medida laboral de gran impacto. Las compañías no pueden perder de vista que el trabajador va a ser el principal afectado y, más allá de las formalidades en estos procesos, tanto el mensaje como el canal elegidos han de ser cercanos y contribuir a que el procedimiento sea lo más humano posible. Siempre que se pueda, lo más recomendable es siempre una comunicación directa y personal, además del envío de la notificación legal individual obligatoria.

Al parecer, tres meses después, la compañía que anunció dicho ERE por Zoom decidió optar por otro medio para sus comunicaciones, informando con un correo electrónico y sin previo aviso a su plantilla del despido masivo de 3.000 trabajadores más.

El debate público sobre el tacto y la ética de las empresas a la hora de gestionar la comunicación de sus despidos ha vuelto a abrirse recientemente. Esta vez la situación no nos ha quedado tan lejos, ya que ha sido en Suecia donde una compañía ha anunciado a 700 de sus empleados que se quedaban sin trabajo a través de un vídeo. Sin embargo, en lugar de hacer este anuncio en directo, decidieron además grabar el vídeo con antelación para evitar fallos o sustos. El caso ha vuelto a saltar a la prensa, seguramente debido a la estupefacción de algún empleado que decidió dar a conocer el cuestionable método. Como colofón, los nombres y datos de los afectados por la medida fueron publicados en LinkedIn por la compañía con la intención de ayudarles a buscar un nuevo empleo.

La parte emocional es, sin duda, uno de los aspectos más críticos que gestionar durante un proceso laboral, ya sea una reorganización de personal, la modificación de las condiciones del trabajo o un despido. Elegir con criterio y respeto la manera en que van a explicarse, tanto hacia dentro como hacia fuera, la medida y los motivos detrás de la misma, es un paso esencial en cualquier proceso laboral donde los trabajadores deben situarse siempre en el centro.

¿Necesitarás gestionar la comunicación de un ERE? Si te interesa conocer las claves de una estrategia de comunicación que tome en cuenta todos los factores y grupos involucrados, desde la empatía, la transparencia y el comportamiento ético, te invitamos a descargar: “Cuando la comunicación del ERE es clave para la supervivencia del negocio”.

ME INTERESA

Autores

Lara Martín Molina